27 de abril de 2012

La opinion de los demas...


Un viejo y un joven viajaban con un asno. Al llegar a la aldea caminando junto al animal, los niños de la escuela rieron al verlos pasar diciendo:

-Mira esos tontos, tienen un asno robusto y van caminando, por lo menos el viejo podría montarse en él.

 
Al escuchar a los niños, los hombres pensaron que deberían de seguir el consejo, pues pronto llegarían a otra población y la gente se volvería a reír de ellos. Así pues, el viejo se montó en el burro y el joven caminó detrás.

Entonces encontraron un grupo de gente que los miro y dijo:

-¡Mirad! El hombre viejo montado en el burro y el pobre muchacho caminando.

Así que cambiaron puestos, el hombre viejo camino y el joven montó en el burro.

Entonces otro grupo de gente se acercó y dijo:

-¡Mira que muchacho más arrogante! Quizás el viejo es su padre o su maestro, y va caminando mientras el joven va montado en el burro. Esto es contrario a toda norma.

Ahora, ¿qué podían hacer? Ambos decidieron probar la única posibilidad restante: sentarse los dos en el burro. Así que montaron ambos en él.

Entonces otro grupo se acercó y dijo:

-¡Mirad qué gente tan violenta! El pobre burro está casi muerto, mejor sería que lo cargaran ellos en sus hombros.

Así que otra vez lo discutieron y decidieron llevar al burro en hombros, pues de otra manera la gente de la aldea vecina los llamaría tontos. Por lo tanto, cortaron un bambú, colgaron al burro de las patas y lo cargaron. El pobre animal trato de rebelarse -como cualquier burro lo haría- y trato de escapar, pues no era un fanático de la sociedad, no creía en la opinión de los otros. Pero los dos hombres estaban empeñados y lo forzaron, así que el burro se doblegó.
Precisamente cruzaron el puente para llegar a la aldea cuando una multitud se reunió en derredor suyo y exclamó:

-¡Mirad a esos tontos! Jamás existieron idiotas semejantes, en vez de montar el burro lo llevan a cuestas. ¿Se habrán vuelto locos?

El burro mientras tanto se puso inquieto, tan inquieto que saltó y se cayó desde el puente al rió, matándose enseguida. Ambos bajaron al rió y junto al animal muerto el hombre viejo habló al muchacho, pues ésta no es una historia ordinaria, el viejo era un maestro Sufí, y el joven su discípulo

El viejo dijo:

-Mira, así como el burro, tú estarás muerto si escuchas demasiado la opinión de los demás. No te preocupes de los demás, pues ellos son muchos y tienen su propia mente, por lo que dirán siempre cosas diferentes. Si continúas escuchando a otros y no escuchas tu propio centro intimo, serás llevado de un lado para otro. Escucha tu voz interior, siéntela y muévete de acuerdo a ella.


26 de abril de 2012

"VIVE LA VIDA SIN PENSAR EN EL AYER NI PREOCUPARTE POR EL MAÑANA"

La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.

He aprendido....que nadie
es perfecto
hasta que no te enamoras.

He aprendido que....la
vida es dura
pero yo lo soy más!! 


He aprendido que....las
oportunidades no se pierden nunca
 
las que tu dejas
marchar...las aprovecha otro..
 

He aprendido que....cuando
siembras rencor y amargura
la felicidad se va a otra
parte.
 

He aprendido...que
necesitaría usar siempre palabras buenas...
porque mañana quizás se
tienen que tragar. 


He aprendido...que una
sonrisa es un modo económico
  
para mejorar tu aspecto. 


He aprendido...que no
puedo elegir como me siento...

 
pero siempre puedo hacer
algo. 


He aprendido que...cuando
tu hijo recién nacido
tiene tu dedo en su
puñito...
te tiene enganchado
a la vida. 


He aprendido que...todos
quieren vivir en la cima de la montaña...

 
pero toda la felicidad
pasa mientras la escalas.


He aprendido que...se
necesita gozar del viaje
y no pensar sólo en la
meta. 


He aprendido que...es
mejor dar consejos sólo en dos circunstancias...
cuando son pedidos y
cuando de ello depende la vida. 


He aprendido que...cuanto
menos tiempo derrocho...
más cosas hago. 





EN BUSCA DE LA PAREJA PERFECTA...


Érase una vez una muchacha de nombre Laura, cuya belleza atraía a todos los que la conocían. A pesar de ello, Laura se sentía muy sola. Tras la alegría del primer encuentro con sus pretendientes, les encontraba defectos. Entonces, sentía que su amor se marchitaba y seguía anhelando su ideal de pareja perfecta.

Un día, Laura oyó hablar de un sabio que a todos conmovía con sus palabras. Aquella noche, decidió consultarle su problema.... "Tal vez -se decía- me pondrá en el camino de ese hombre ideal que sueño".

A la mañana siguiente, llegó hasta él y, tras exponerle su mala suerte, le dijo:

- Necesito hallar la pareja perfecta. ¿Qué podéis decirme? Una persona como usted, sin duda, habrá encontrado la pareja perfecta.-

Aquel anciano, mirando a Laura con brillo intenso en sus ojos, le dijo:

- Pasé mi juventud buscando a la mujer perfecta. En Egipto, encontré a una mujer bella e inteligente, pero era muy inconstante y egoísta. En Persia, conocí a una mujer que tenía un alma buena y generosa, pero no teníamos aficiones en común… Y así una mujer tras otra. Al principio, me parecía haber logrado "el gran encuentro", pero, pasado un tiempo, descubría que faltaba algo que mi alma anhelaba. Fueron transcurriendo los años hasta que de pronto, un día…- dijo el anciano haciendo una emocionada pausa, -la vi, resplandeciente y bella. ¡Allí estaba la mujer que yo había buscado toda mi vida!-

-¿Y qué pasó? ¿Te casaste con ella?- replicó entusiasmada la joven.

- Al final… la unión no pudo llevarse a cabo.

-¿Por qué?, ¿por qué?-

- Porque al parecer– le dijo el anciano con un gran brillo en sus ojos, -ella buscaba la pareja perfecta….



A Recapacitar...


La Paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista muy estrechos.

Gastamos más pero tenemos menos.

Compramos más pero disfrutamos menos.

 

Tenemos casas más grandes y familias más reducidas.

Mayores comodidades y menos tiempo.

Tenemos más Títulos académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio.

Más expertos pero más problemas.

Mejor medicina pero menor bienestar.

Despilfarramos demasiado, reímos muy poco.

Vivimos muy rápido, nos enojamos demasiado.

Nos desvelamos demasiado amanecemos cansados.

Leemos muy poco, vemos demasiada Televisión y rezamos muy rara vez.

 

Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores.

Hablamos demasiado y escuchamos poco.

Hemos aprendido a ganarnos la vida pero no a vivir.

Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años.

Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar el vecindario para conocer a un nuevo vecino.

Conquistamos el espacio exterior pero no el interior.

Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el que dirán, pero contaminamos nuestra alma.

Conquistamos el átomo pero no nuestros prejuicios.

Planeamos más pero logramos menos.

 

Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar.

Producimos ordenadores que procesan mayor información pero nos comunicamos cada vez menos.

Estos son Tiempos de comidas rápidas y digestión lenta.

De hombres de gran talla y frágil carácter.

De enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales.

Casas más lujosas y hogares rotos.

Son tiempos de viajes rápidos, recuerdos vagos y pastillas que hacen todo, desde alegrar y apaciguar hasta matar.

 Son tiempos en los que hay mucho en el escaparte y muy poco en el interior.

Tiempos en que la Tecnología puede hacerte llegar este mensaje y en que puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente guardarlas.

 

Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.

Acuérdate de ser amable con quienes te rodean y alegrarles el día a día.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón sin que te cueste ni un céntimo,

Acuérdate de decir TE AMO a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente.

Un beso y un abrazo pueden reparar un herida cuando se dan con toda el alma.

Date tiempo para amar y para conversar y comparte tus más preciadas ideas.

 

Y SIEMPRE RECUERDA:

 

La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.